martes, 28 de agosto de 2012


La vida es sueño 

La vida es sueño es una obra de teatro de Pedro Calderón de la Barca estrenada en 1635 y perteneciente al movimiento literario del barroco. El tema central es la libertad frente al destino.

Origen de la temática 

La concepción de "la vida es como un sueño" es muy antigua: existen referencias en el pensamiento hindú, en la mística persa, en la moral budista, así como en la tradición judeo-cristiana y en la filosofía griega. Según Platón, el hombre vive en un mundo de sueños, de tinieblas, cautivo en una cueva de la que sólo podrá liberarse tendiendo hacia el Bien. Únicamente entonces el hombre desistirá de la materia y llegará a la luz. El influjo de esta concepción platónica en la obra es evidente. Segismundo vive en un principio dentro de una cárcel, de una caverna, donde permanece en la más completa oscuridad por el desconocimiento de sí mismo; sólo cuando es capaz de saber quién es, consigue el triunfo, la luz.

Estructura 

Consta de tres actos o jornadas. La primera jornada, que tiene ocho escenas, se desempeña como contextualizador (es decir que en ella se presentan a los personajes y la ubicación espacio-temporal de la historia). En la segunda jornada, que tiene diecinueve escenas, aparece el conflicto, nudo o problema. Y en la tercera jornada, de catorce escenas, tiene lugar el desenlace o resolución.




El si de las niñas 
El sí de las niñas, es una obra teatral de Leandro Fernández de Moratín
   , estrenada el 24 de enero de 1806 en MadridEspaña, y representada hasta la cuaresma de ese mismo.
Moratín tenía escrita El sí de las niñas en 1801. Era la primera obra que escribía después de La comedia nueva, pues tanto El barón como La mojigata, estrenadas más tarde que aquélla, fueron escritas a finales de los años 80. Moratín tardó varios años en estrenarla. Dio a la escena sus producciones anteriores, y sólo después se decidió a publicar, en 1805, El sí de las niñas. Durante el mes de enero de 1806 ensaya la comedia con la compañía del Teatro de la Cruz. El día 24 de enero de 1806 se produce el estreno. El sí de las niñas no fue solamente un sonoro éxito de público: fue la obra de mayor aceptación de su tiempo y casi con seguridad el mayor acontecimiento teatral de todo el siglo. La obra se mantuvo en representación por veintiséis días seguidos y atrajo a más de 37.000 espectadores, cifra equivalente a la cuarta parte de la población adulta de Madrid. Al éxito en las tablas se sumó el editorial. A las cuatro ediciones de 1806 hay que sumar la de 1805, que, al parecer, no fue la única de aquel año.
El éxito sin precedentes de El sí de las niñas supuso, paradójicamente, el abandono de la escena por parte de su autor. Los únicos textos que Moratín daría a la escena serían dos adaptaciones de obras del francés MoliereLa escuela de los maridos y El médico a palosEl sí de las niñas, sin embargo, seguía levantando odios y entusiasmos por su mensaje claramente inspirado en la Ilustración y en un llamado a que la autoridad actúe conforme a los dictados racionalistas. En 1815, con la restauración del rey Fernando VII , la Inquisición española encontró motivos suficientes para prohibir esta comedia y La mojigata. La prohibición se renovó en 1823, de modo que durante cerca de veinte años los españoles se vieron privados de ver en escena la obra maestra de Moratín. Cuando se levantó la prohibición y la obra pudo volver a estrenarse, en 1834, lo hizo inclusive con cortes debidos a la censura.
Argumento de la comedia - Francisca, muchacha educada en un convento, está prometida en matrimonio al casi sexagenario don Diego, por deseo de su madre, doña Irene. Don Diego espera en una posada la llegada de su prometida, que en realidad está enamorada del soldado que ella conoce como 'don Félix' y se siente obligada a obedecer a su madre, en contra de sus sentimientos. Cuando don Félix le dirige una carta, ésta cae en manos de don Diego, que descubre la relación y pide una confesión sincera de su prometida. Doña Irene insiste en imponer su autoridad, pero don Diego renuncia al compromiso. Al poco se descubre que el joven soldado en realidad se llama don Carlos, sobrino de don Diego, y ambos jóvenes reciben su consentimiento para casarse.



El neoclasicismo

 Fue un movimiento que se produjo en Europa en el siglo XVIII ante los cánones ya agotados del clasicismo, al producirse el desgaste de las culturas barrocas, que aspiraba restaurar el gusto y las normas del clasicismo. En la época neoclásica, el color pasa a un segundo plano y adquiere mucha importancia el dibujo; es decir, el trazo puro, y el color es aplicado sólo como complemento.




EL RENACIMIENTO:
LA ÉPOCA DEL HUMANISMO 

Renacimiento es el nombre dado al movimiento cultural que se produjo
en  Europa Occidental en los siglos  XV y  XVI. Durante estos siglos se
produjeron grandes cambios en las artes, la literatura y las ciencias.

Durante el Renacimiento se desarrolló el  Humanismo que fue una corriente cultural, cuyas principales características eran 

1.- Nuevo concepto de la vida y del hombre. Los humanistas pensaban que
el hombre era el centro del mundo y se dedicaron a estudiarlo: su
pensamiento, su historia, su anatomía. Se inspiraron en la literatura, la
filosofía y el arte de las antiguas culturas griega y romana.
Defendían la búsqueda de la verdad por medio de la razón, la experiencia
y la investigación.
2.-   Crisis religiosa. La Iglesia católica debe reformar tanto sus ideas
como su organización.
3.- Cambio del ideal político. Desaparecen los señores feudales de la
Edad Media y surge la monarquía centralista y autoritaria.


Las obras de los humanistas se conocieron gracias a la imprenta y las
academias. Gutenberg inventó la imprenta en 1.440; a partir de este invento
se podían publicar una gran cantidad de libros (antes había que copiarlos
manualmente).



La Escuela de Atenas. Es una imágen simbólica de la ciencia, de la filosofía, como saber eterno, philosophia perennis. Lo pintó Raffaelo Sanzio  (1483-1520) por encargo  del Papa Julio II para decorar su Biblioteca, en la Stanza della Segnatura del Vaticano. Rafael tenía veinticinco años cuando pintó este fresco. Al mismo tiempo, Miguel Angel estaba decorando la Capilla Sixtina. Estamos en un momento crucial del arte del Renacimiento. El tema del cuadro por sí solo es ya motivo de interés.